ADÉLA Live: la provocadora emergente del pop ha llegado para quedarse

      ¿Una estrella del pop bailando una sección de ballet durante su gira de debut? ADÉLA está en ello — y con fuerza, tal como promete su propio tema 'DeathByDevotion'. En The Lower Third de Londres, la artista nacida en Eslovaquia ofreció una actuación que se sintió como algo más que un concierto de debut. Fue una declaración de intenciones: control, ambición y la disciplina detrás de su creciente persona pop.

      ADÉLA se mueve como si se hubiera estado preparando para esto toda su vida — porque, en muchos sentidos, lo ha hecho. Antes de encontrar su lugar como provocadora del pop, se formó como bailarina de ballet en Londres y Viena, y más tarde como trainee de K-pop. Ese mundo, definido por el perfeccionismo y la presión, moldeó su precisión. También le ayudó a darse cuenta de algo crucial: nunca estuvo hecha para mezclarse.

      Su propio merchandising lo dice mejor: No fue hecha para estar en grupos. ADÉLA es demasiado singular para eso — expresiva, impredecible y completamente una fuerza de la naturaleza propia. Esa confianza no es postureo; es la convicción tranquila de una artista que sabe exactamente lo que hace.

      Incluso con solo siete canciones a su nombre — todas de su EP debut 'The Provocateur' — ADÉLA actúa como una artista ya con varios discos a sus espaldas. Su set en The Lower Third fue reducido en escala pero enorme en presencia. Da la sensación de que ya sueña con estadios, y es difícil no imaginar el espectáculo que creará cuando tenga el arsenal completo — los bailarines, los visuales, la gran producción que su visión merece.

      Su versión de 'Touch It' de Ariana Grande ofreció uno de los giros más llamativos de la noche — una pista vocal exigente que se convirtió en una muestra de su poder dual: una vocalista técnicamente aguda con el dominio físico de una bailarina. El show también incluyó favoritos de los fans como 'Sexonthebeat' y 'HOMEWRECKED' — su discografía relativamente corta pero coherente solo refuerza lo convincente que ya es como intérprete.

      Luego vino 'Superscar', su canción más grande hasta la fecha y la palabra final del espectáculo. Un himno oscuro y cinematográfico sobre la maquinaria de la industria musical, que convirtió la crítica en catarsis — desafío disfrazado de pop. En el escenario, se sintió casi autobiográfico: una artista tomando posesión de su narrativa después de ver lo fácil que puede ser controlada.

      Tras bastidores, durante las fotos, el cabello rosa de ADÉLA y su mirada imponente se suavizaron ligeramente, insinuando un lado reflexivo, casi tímido — un contraste silencioso con su presencia magnética en el escenario.

      Con el beneplácito de Christina Aguilera y el guiño de nombres como Demi Lovato, la trayectoria de ADÉLA se siente innegable. Forma parte de una nueva ola de autoras del pop — mujeres que fusionan la formación con la emoción, la disciplina con el peligro. Aún al inicio de su historia, pero ya definiéndola en sus propios términos.

      ADÉLA no está aquí para jugar a lo seguro. Está aquí para provocar, para actuar y para labrar su nombre en la próxima era del pop — zapatillas de ballet, opiniones contundentes y todo.

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      Palabras y fotografías: Pablo Santana