Cuando Matty Healy dice —media hora después de comenzar su actuación en el escenario Pyramid esta noche— que le resulta difícil ser sincero, es fácil creerle; pero, por otro lado, no lo es. Un frontman que parece deleitarse en jugar con la línea entre artificio y autenticidad, esa actitud está en plena fuerza esta noche: para quienes pensaron que The 1975 podrían ofrecer un concierto de rock directo y sencillo en su turno en el cartel de Glastonbury, estarían equivocados. En cambio, para su primer show en vivo en más de un año, lo que sigue es un viaje muy variable por los picos más altos y los momentos más reflexivos y conscientes de su catálogo, todo respaldado por una exhibición deslumbrante de pantallas grandes, luces y pasarelas. En un giro ingenioso, las letras de Healy se colocan en primer plano de varias maneras: el tono oscuro de ‘Paris’ hace que sus palabras floten en las pantallas como un salvapantallas antigo, antes de un discurso completamente irónico, en el que Healy se autodenomina “el mejor compositor de mi generación, un poeta generacional”, presenta el éxito de su álbum debut ‘Chocolate’ (“Quiero que lo recuerden cuando toquemos esta próxima canción”), y las pantallas desplazan cómicamente líneas de galimatías similares a sus famosas líneas garbled. Son momentos como estos —y la reacción genuinamente sorprendido del frontman cuando las luces se encienden y ve a la multitud, o su petición netamente del norte de “enciende la luz grande”— los que realmente resultan entrañables para su causa; una ruptura de la cuarta pared de una forma extraña pero brillante. Pero luego, las cosas suelen tomar un giro desconcertante. Tomen como ejemplo cuando aparece aleatoriamente en el asiento trasero de un coche para ‘Somebody Else’ (lo cual parece totalmente fuera de ritmo con el resto de la pesada producción de esta noche), o su discurso sin aviso sobre la falta de política en su set (una decisión “consciente” en pos del legado de la banda, basado en el “amor y la amistad”), que casi inmediatamente es seguido por su volátil —y totalmente cargada de política— ‘Love It If We Made It’; casi parece que no hubiera sido necesario mencionarlo en absoluto. Pero, eso no sería muy de Matty Healy. Aunque la gira ‘At Their Very Best’ de 2023 pareció una verdadera condensación de su capacidad para encantar, sorprender y confundir a la vez, seguramente será difícil que puedan superar esa racha. Sin embargo, esta noche, entregan lo mejor que pueden, sabiendo hasta dónde empujar las bromas autocríticas antes de soltar un éxito con los brazos en alto para captar nuevamente a la audiencia. Además, como banda, son sumamente cohesionados e impresionantes, un dato que a menudo pasa desapercibido entre los temas extensos y complejos. ¿Era este el set que esperábamos de The 1975 esta noche? No necesariamente, pero su ácida, reflexiva y provocadora burla del entretenimiento siempre genera conversación, y esto no es diferente.
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