Victorious ha sido un festival en ascenso durante algunos años, con una mezcla de pop, indie y música del mundo que cautiva a los aficionados en el paseo marítimo de Southsea, a menudo disfrutando del sol de finales del verano. Este año los cabezas de cartel fueron de un nivel considerablemente más alto que en algunos años anteriores, encabezados por los tríos estadounidenses Queens of The Stone Age, Vampire Weekend y Kings of Leon, con un repertorio de artistas británicos antes de cada uno.
Los favoritos del britpop The Charlatans abrieron como invitados especiales de la tarde el viernes, repasando con entusiasmo y ante un nutrido público éxitos como «One to Another», «North Country Boy» y «The Only One I Know». El grupo irlandés de indie rock Sprints, recién salido de telonear a Fontaines D.C., ofreció un set abrasador justo antes del lanzamiento de su segundo álbum, aportando algo de fuego a la tarde.
Debido a unas obras en el paseo marítimo, la disposición fue algo diferente este año y, al no haber carpa de comedia, hubo una selección de actuaciones a lo largo del fin de semana en el escenario principal Common. Joel Dommett atrajo a un público de tamaño considerable, pero su actuación tuvo una acogida desigual entre los asistentes. Quizá se tuvo la sensación de que esto llevó a que tocaran menos bandas.
Mary Wallopers fueron un gran reclamo, pero su actuación resultó ser la parte más polémica del fin de semana: se les cortó el sonido tras solo una breve parte de una canción, después de un cántico a favor de Palestina y la aparición de una bandera en el escenario. Hubo una gran confusión sobre lo sucedido y no se explicó nada al público, que se enteró más tarde por las redes sociales. Para un festival con un gran ambiente y espíritu, este fue un raro punto de fricción y provocó que otros artistas se retiraran debido a la gestión del festival de la situación.
El viernes por la noche hubo una mezcla de nuevos e icónicos actos indie del Reino Unido, con Wunderhorse aportando su sonido característico. Quizá dejaron fuera un par de favoritos de los fans como «Purple» y el nuevo single «The Rope», pero aun así entretuvieron al público durante 45 minutos con temas de sus dos álbumes. Kaiser Chiefs, sustitutos de Michael Kiwanuka, trajeron el ambiente de fiesta. Celebrando 20 años de ‘Employment’, repasaron favoritos como «Everyday I Love You Less and Less», «Modern Way» y enormes coros en «Ruby» y «I Predict a Riot». La manera perfecta de calentar para el evento principal.
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Queens of the Stone Age trajeron el desierto a Portsmouth, y su enorme e icónica propuesta de rock alternativo fue un absoluto éxito. Comenzando con «You Think I Ain’t Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire» y «No One Knows», no miraron atrás. Sonó colosal y, para una banda con más de 25 años de carrera, aún tienen un magnetismo y una energía que dejan en evidencia a muchas bandas más jóvenes. Construyendo el set alrededor de ‘Like Clockwork’ y ‘Songs for The Deaf’ no hubo eslabón débil; «I Sat By The Ocean» y «Make It With Chu» fueron particularmente impresionantes. Abandonaron el escenario con un impresionante espectáculo de fuegos artificiales, con Josh Homme y compañía habiendo tenido al público embelesado durante una hora y media.
Rizzle Kicks iniciaron la jornada del sábado antes de que Scouting For Girls atrajera a una multitud enorme para ver a la banda tocar muchos de sus clásicos, con una de las mayores audiencias de la tarde del fin de semana (y de ediciones anteriores). Mantuvieron al público entretenido con temas como «She’s So Lovely», «Elvis Ain’t Dead» y más, proporcionando el calentamiento perfecto para otra tarde bañada por el sol.
Con The Last Dinner Party fuera del cartel, hubo algunos cambios en los horarios, lo que significó que Shed Seven y Travis tuvieron actuaciones más largas. Shed Seven, cabalgando una ola de éxito renovado con dos álbumes número uno en 2024, pusieron el ambiente de fiesta con favoritos de los 90 como «Disco Down», «Chasing Rainbows» y «Going for Gold». En el Castle Stage, Public Service Broadcasting atrajo a una gran audiencia en la colina, dando vida a su mezcla característica de grabaciones de archivo y dance/indie con un estilo enfático, uno de los mejores sets del fin de semana.
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Travis, trasladados a un horario más tardío, no desanimaron al público, que cantó un «Flowers In The Window» acústico y otros favoritos como «Driftwood» y «Side» antes de un apoteósico «Why Does It Always Rain on Me» para cerrar. Fran Healy demostró ser un maestro narrador y frontman en todo momento.
Vampire Weekend reunió a la audiencia más pequeña de los cabezas de cartel, pero fue un público entregado. Abriendo con favoritos tempranos como «Mansard Roof» y «Holiday», construyeron gran parte del centro del set alrededor de su último LP ‘Only God Was Above Us’. Más experimental que parte de su material anterior, la gente todavía pareció interesada. Cerraron su actuación con «A-Punk», «Harmony Hall» y otros favoritos antes de una selección de versiones elegidas por el público, como se ha convertido en tradición en los conciertos de Vampire Weekend, incluyendo «Crazy Train» de Ozzy Osbourne, «Buddy Holly» de Weezer y un apoteósico «Common People». Ezra Koenig estuvo en gran forma vocal durante todo el concierto, y la banda al completo sonó afinada.
El último día presentó otra mezcla de artistas, con Craig David como invitado de la tarde con un set de DJ mezclando su propio material con clásicos dance y atrayendo a una gran multitud. The Waeve con Graham Coxon en el Castle Stage llevaron su mezcla de art rock al paseo marítimo; pese a algunos problemas técnicos fue un set impresionante. Jasper Carrot fue la actuación de comedia que mantuvo al público entretenido durante una hora antes de los conciertos de la noche.
Los ya consagrados Zutons llevaron su indie de mediados de los 00 a la costa con un cantable de «Valerie». Reytons mostraron lo lejos que han llegado desde su última aparición en 2022 con una actitud y desparpajo, disfrutando de su éxito reciente y llenando el Wembley Arena. Bloc Party fue el aperitivo perfecto, tocando temas de ‘Silent Alarm’, que celebra su 20.º aniversario. «This Modern Love», «Helicopter» y «Banquet» sonaron enormes.
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Kings of Leon cerraron el fin de semana con una actuación magistral como cabezas de cartel. Aunque en el pasado habían sido criticados por algunos de sus conciertos como cabeza de cartel, no hubo indicio de error por parte de la familia de Nashville. Desde la apertura con «Supersoaker» quedó claro que estaban en el punto justo, sin señales de la reciente lesión en el pie del cantante principal Caleb Followill, que había puesto en duda su participación. Hubo abundante material de su exitoso álbum ‘Only By The Night’, con grandes coros en «Use Somebody» y «Sex on Fire». Hubo una fuerte respuesta a todo el repertorio, desde favoritos tempranos como «The Bucket» y «Molly’s Chambers» hasta su colaboración recién publicada con Zach Bryan, «We’re On To Something». Fue la manera perfecta de cerrar otro Victorious.
Habrá preguntas sobre la gestión por parte del festival del set de The Mary Wallopers y será interesante ver cómo esto afecta a 2026 y años venideros, pero desde una perspectiva puramente musical este fue otro evento ecléctico que, con más de 170.000 asistentes, sigue creciendo año tras año.
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Texto: Chris Connor
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