Mientras el polvo no se asienta en la vertiginosamente ajetreada programación de teloneros de hoy, todos los caminos realmente apuntan hacia el Este. Se apagan las luces del escenario principal, la pantalla parpadea y aparece un montaje de fotos y vídeos antiguos de los días formativos de The Maccabees; la década intermedia desaparece y podría ser 2015 otra vez. Lo que sigue es un repertorio desinteresado y de juicio impecable que abarca los cuatro álbumes de la banda, conduciéndonos de la mano a través del frívolo caos relacionado con una piscina ('Latchmere') hasta súplicas sinceras y especialmente conmovedoras por una conexión duradera ('Precious Time'), con destreza confiada y alegría sin disimulo. De hecho, la banda está tan absorta en tocar juntos de nuevo que apenas parecen notar cuando el sonido se corta brevemente durante 'Love You Better' y 'Can You Give It'; no es de extrañar, en realidad, dado que este público aparentemente puede cantar cada palabra de cada canción con tanta fuerza que no necesita acompañamiento. Entre el fondo —que alterna las portadas de 'Colour It In', 'Marks To Prove It' y paisajes urbanos más ambiguos— y la iluminación de la bola de discoteca, que desciende cuando arrancan con 'Spit It Out' para bañar a Felix White y Orlando Weeks en tonos plateados, hay una curiosa atemporalidad esta noche. Aunque los recuerdos compartidos y la nostalgia obviamente pesan, no parece que The Maccabees intenten emular el pasado; en cambio, parecen sugerir que el momento presente fue, de alguna manera, exactamente como debía desarrollarse. «Hemos vuelto para hacer esto por una razón», sonríe Felix. Porque, además de celebrar el lugar ya consolidado de la banda en el corazón de la gente y de reconocer y honrar las vidas que estas canciones han acompañado, esta velada también trata de regalar al público nuevos momentos para recordar. Y, para todos los presentes, hay pocos invitados sorpresa que puedan provocar un rugido mayor que Jamie T —«Jamie, Jamie, Jamie fucking T»— quien, en un maravilloso momento de círculo completo, se une a la banda en el escenario para 'Marks To Prove It', tal como lo hizo en su 'último' concierto en Ally Pally en 2017. Que luego se lancen a hacer una versión de 'Sticks ‘N’ Stones' con el propio autor es la guinda de un pastel increíblemente alto; si alguna vez hubo justificación para que los vecinos alrededor de Victoria Park pusieran reclamaciones por el ruido, unas 50 000 personas gritando «lightweight prick» al unísono podrían serla. Tomando un momento para dirigirse al público antes del bis —un triplete de 'Toothpaste Kisses', 'Grew Up At Midnight' y 'Pelican' que ejemplifica a la perfección el rango emocional y la resonancia de The Maccabees— Orlando mira al mar de rostros que, durante años, pensaron que nunca volverían a estar aquí. «Todos compraron entradas. Arriesgaron. Es increíble: que asumieran ese riesgo, pagaran ese dinero y pusieran su fe en el amor que sentían por nuestra banda y en el amor que tenían por la ocasión que esto podía ser.» Basta decir que la apuesta dio sus frutos. ¿Alguien se anima a otra apuesta?
Están floreciendo, cariño, floreciendo: el cuarto álbum de Wolf Alice, 'The Clearing', marca un nuevo y audaz capítulo de crecimiento y reinvención para la banda inglesa, combinando sus raíces punk con texturas expansivas de rock alternativo, finales cinematográficos y una intimidad lírica recién descubierta.
Artistas como Midland, Mackenzie Carpenter, Alana Springsteen y otros se destacaron en la edición ampliada de este año del festival de country, Americana y blues.
Tras un año de consagración marcado por giras mundiales, actuaciones como cabeza de cartel y remezclas de Pet Shop Boys, I. JORDAN regresa con un nuevo lanzamiento ‘Without
“CUNT HONEY” de Lindsey Rose Black es una canción de despecho country-pop, camp y catártica — una reivindicación bañada en purpurina de la feminidad, lo queer y las raíces sureñas que se pavonea con desparpajo mientras golpea el corazón de la cultura de la pureza.
Al abrazar el cambio y salir de su zona de confort, el quinto álbum de Billie Marten, centrado en las colaboraciones, es su disco más seguro hasta la fecha.
Indie Christmas está en pleno apogeo — gracias a bandas como Bombay Bicycle Club, CMAT y The Cribs, entre otras — durante la última y muy memorable noche del festival.