Knucks se ha mantenido como un pilar constante dentro de la escena del rap del Reino Unido durante al menos los últimos cinco años. El productor-artista se tomó su tiempo para perfeccionar su oficio y, aunque posiblemente con retraso, pudo cosechar los frutos de ese trabajo. A pesar de haber labrado un carril lo-fi propio, se adentra en una nueva era con su segundo álbum. ‘A Fine African Man’, el título insinúa de inmediato que escucharemos una oda a su herencia. Todas las imágenes y visuales juegan su papel. Y en cuanto pulsas play, eso queda claro.
Empezando con ‘MASQUERADE’, la escena está ambientada en lo que suena como una concurrida calle de Lagos y fragmentos de sonido que llaman el nombre de Knucks, Afame. La atención al detalle aquí es notable. Cuerdas sombrías actúan como base para una introducción agradablemente en capas.
La primera colaboración que gira la cabeza es ‘GOLDTOOTH’ con Blaqbonez; fue todo un éxito y es fácil entender por qué. Knucks plantea una historia jactanciosa con una cadencia segura, mientras que la voz robusta de Blaqbonez refuerza el sentimiento del tema. Canciones como esta encarnan los temas del álbum, al emparejar el rap con matices afrobeat.
De igual modo, ‘CUT KNUCKLES’ salió antes del álbum; marcó el inicio del lanzamiento pero, acertadamente, se sitúa al final del LP. El londinense del noroeste emplea su característico flow calmado y contenido mientras rapea sobre su camino hacia la madurez. Es carismático en el estribillo, rapeando con un ligero deje igbo. ‘NKITA’ con Fimiguerro es otra que los fans reconocerán, pero actúa como un tema atemporal. Su producción de alta energía y el estribillo de llamada y respuesta no dejan cabos sueltos. Ofrece otra cara del proyecto: suena como un disco de rap británico pero también está marcado por dos talentos británico-nigerianos que, aunque no siempre sonicamente, extraen influencia tanto de su herencia como de su residencia.
A lo largo del proyecto, el rapero explora la lucha que los miembros de la diáspora africana conocen íntimamente. Dificultades como sentirse avergonzado por un nombre largo, usar algo más “británico” para encajar, que a primera vista parecen frívolas pero no lo son. ‘MY NAME IS MY NAME’ y ‘PURE WATER’ se alinean con ese sentimiento y permiten a Knucks desnudarlo sin esfuerzo. Desde la escuela en Naij hasta volver a Londres, obtenemos un desahogo tipo entrada de diario.
Los temas jubilosos llegan en forma de ‘NO SHAKING (ft. Phyno)’ y ‘YAM PORRIDGE (ft. Tiwa Savage)’; este último vuelve a ofrecer letras introspectivas. Esta vez la narración se refiere a una mujer/figura maternal, construyendo el mundo de ‘A Fine African Man’ como una pieza.
El álbum de 13 pistas brilla como una escucha libre, enraizado en Afrobeats pero distinto tema a tema. ‘CONTAINER (ft. KCee)’, por ejemplo, tiene abundante instrumentación y ambos ofrecen coros y versos rítmicos por igual.
Más allá de la producción, lo impresionante del último trabajo de Knucks es la intención temática continua. En su mayoría, los artistas invitados, al igual que Knucks, son nigerianos. Títulos como ‘PALM WINE’ y ‘YAM PORRIDGE’ obedecen a una relevancia cultural. Así como los fragmentos que preceden y enlazan las canciones: todos sonidos auténticos.
Cualquier fan previo sabe muy bien cómo se sube a un beat; sus flows están probados y comprobados. Sin embargo, esta vez se introducen nuevos flows y es testimonio de su arte en constante crecimiento. Hay deslizamientos entre tempos lentos, tonos melódicos y golpes más contundentes cuando procede.
Los sencillos de este álbum son indudablemente los más destacados, lo que deja la escucha completa esperada como algo menos gratificante. Pero, no obstante, los temas nuevos y pegajosos añaden textura y ayudan a completar el proyecto. Gran parte del mérito de ‘A Fine African Man’ recae más en su producción, contenido y dedicación al tema. Es media hora de escucha agradable y fluida; no hay muchas críticas importantes, pero tampoco parece —al menos todavía no— un proyecto atemporal o decisivo.
8/10
Texto: Shanté Collier-McDermott
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Knucks ha seguido siendo un pilar constante en la escena del rap del Reino Unido durante al menos los últimos cinco años. El productor-artista se tomó tiempo para perfeccionar su oficio y