Un retrato pleno de una artista que domina por completo su oficio...
07 · 11 · 2025
Con más de quince años dando forma e impulsando la escena techno global, la DJ y productora belga Charlotte de Witte ha llegado a un momento definitorio en su carrera con el lanzamiento de su primer LP homónimo, ‘Charlotte de Witte’. Coronada como la DJ de techno número uno del mundo durante seis años consecutivos, se erige como una de las figuras más influyentes del género, y este álbum es la declaración y la expresión clara de quién es como artista. Con once pistas y poco más de una hora, el disco destila el núcleo de su sonido: guiado por el acid, propulsivo y nítidamente refinado, al mismo tiempo que revela una dimensión más personal bajo esa precisión.
El álbum se abre con ‘The Realm’, una pista que señala la intención de inmediato con líneas acid en espiral y una percusión pulsante y constante que evocan la energía hipnótica de los directos de de Witte. Bajo la superficie, hay una sensación de narrativa que se hace evidente al instante. Tejer fragmentos hablados y atmósferas inquietantes en la pista crea una sensación de cualidades espirituales y ritualistas dentro del propio reino artístico de de Witte. Una sensación que se mantiene a lo largo de todo el álbum: cada transición se siente intencional. Incluso cuando la intensidad varía y la música se eleva hacia un techno potente y enérgico, mantiene un propósito con un sentido de enfoque que pone de relieve su visión creativa y su confianza.
Dentro de la colección, destacó ‘The Heads That Know’, que cuenta con Comma Dee: un himno hipnótico que hace mover el cuerpo y canaliza el espíritu del underground. Rebosa ritmo contagioso y energía cruda y comunitaria; la pista se siente como una carta de amor a la cultura rave en su forma más pura y excitante. Una de esas pistas que, en cuanto la escuchas en la mesa de mezclas, te hace bailar a dos tiempos sin esfuerzo. Lanzada previamente como uno de los singles principales del proyecto, no hay duda de que esta será adoptada por la escena en directo y se convertirá en un fijo en los festivales el próximo verano.
Profundizando el sentido de flujo del proyecto, ‘Higher’ surge sin solución de continuidad desde su predecesora: una exploración de breaks y tensión, donde una línea de bajo quejumbrosa, electrificada y con timbre de sierra-onda atraviesa capas de texturas sutilmente teñidas de acid para crear algo a la vez crudo y trascendente. Es un soplo de aire fresco en la lista de temas, una propuesta alternativa que encarna la diversidad del paisaje sonoro del LP con influencias subyacentes de jungle y breakbeat. En otros pasajes, temas como ‘Hymn’ ofrecen un viaje extendido impulsado por el techno: una odisea de ocho minutos de intensidad y profundidad. Coros orquestales inquietantes flotan en el fondo, mientras una línea vocal a la vez edificante y melancólica guía la caída, creando un equilibrio cautivador entre euforia e introspección. Este es uno de esos hermosos temas extendidos que parecen carta de presentación para mezclas techno en vinilo que mezclan lo antiguo con lo nuevo.
El álbum está arraigado en la pista de baile y en la dualidad entre la soledad y la comunión, entre la precisión y el abandono. En sus propias palabras: «Es crudo. Es real. Es emocional. Es quien soy». Y así es exactamente como se siente. Música que gorgotea con sintetizadores ácidos, graves atronadores, bombos contundentes y cajas nítidas; la incesante sensación de propulsión conforma el sonido de de Witte, que sigue siendo inconfundiblemente suyo.
Es difícil no imaginar el peso de las expectativas sobre los hombros de alguien tan ampliamente considerado como el mejor en el negocio; sin embargo, no lo parece en absoluto por el mero refinamiento de este álbum. ‘Charlotte de Witte’, el lanzamiento homónimo, es un retrato rotundo de una artista que domina por completo su oficio, segura de su visión y firmemente decidida a hacer que el mundo se mueva a su ritmo. Es una escucha excepcional de principio a fin, y sin duda pasará a la historia como un momento de celebración no solo para Charlotte, sino para la escena que la ama y la respalda.
8/10
Por: Harvey Marwood
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