Entonces, ¿quién va a escribir el himno de Escocia para la Copa del Mundo?

      Ha llegado el momento, y la espera ha terminado. Escocia no se había clasificado para la Copa del Mundo desde 1998, una agonizante ausencia de casi 30 años de la mesa principal del fútbol masculino. Pero de repente, todo ha concluido. Todo lo que hizo falta fueron cuatro goles —tres de los cuales honrarían los mejores momentos de cualquier partido, pasado o presente— para arrollar a Dinamarca y reclamar su lugar en el torneo del próximo año.

      Sin embargo, queda una pregunta: ¿quién va a escribir la canción del Mundial de la selección escocesa?

      Con el deporte escocés —con la excepción de cierto Andy Murray— posiblemente en horas bajas durante las últimas tres décadas, han sido los músicos quienes han reforzado la autoestima del país, alcanzando algunos picos increíbles en el proceso. Hay un sinfín de candidatos, que van desde viejas glorias reavivadas hasta impactantes recién llegados.

      El pasado tampoco nos ayuda a desvelar el secreto. La desdichada campaña de 1978 pudo haber prometido “sacudirlos”, pero aunque el single era pegadizo, ese 45 está cargado de malos recuerdos. El himno sorprendentemente lúgubre de Del Amitri de 1996 marcó la infancia de muchos caledonios, con su estribillo lastimero —“no vuelvas a casa demasiado pronto”— resultando ser incontestable, cuando el equipo volvió a quedar eliminado en la fase de grupos.

      Dos participaciones consecutivas en la Eurocopa han templado al equipo, y los hombres de Escocia ahora pueden mirar a la Copa del Mundo —la auténtica, genuina Copa del Mundo— y sentir que realmente pertenecen.

      Nadie debería quedarse fuera —todo el que quiera ir debería poder viajar. Para la canción oficial en sí, eso plantea una solución: un Band Aid escocés.

      Sí, lo decimos ahora: un espectáculo multiartista, que incluya a todos los artistas escoceses que podamos encontrar. Activen a Paolo Nutini. Localicen a Susan Boyle. Llamen a Sharleen Spiteri. Consigan un taxi para Lewis Capaldi. Recluten a Biffy Clyro. Aseguren a Emile Sande. Pidan a Mogwai un solo de guitarra de noise rock de cinco segundos. Pongan a Belle & Sebastian en la línea —va a ser una larga noche.

      No olviden que Band Aid —con todas sus culpas— fue coescrito por un escocés, así que Midge Ure puede pasarse por el estudio para dar consejos. Podemos pintar la cruz de San Andrés en las panderetas y envolver la edición en vinilo de siete pulgadas en una funda adornada con el envoltorio de un Tunnock’s tea cake. Este no es un momento para el cringe escocés: o nos volcamos por completo, o no vamos.

      En cuanto a la canción en sí, sólo puede haber una solución plausible: una versión multiartista del himno "Letter From America" de The Proclaimers, con los propios gemelos ayudando a reescribir la letra. Grandes aficionados al fútbol —de hecho hinchas de corazón del Hibernian, los “Hibbees”— estarán más que felices de ayudar a su nación en su momento de necesidad musical.

      ¿Estamos soñando...? ¿Es todo esto un poco, bueno, demasiado...? Para nada. Es tiempo de celebrar: cuando Gales rompió su gafe en un torneo, Manic Street Preachers intervinieron con un himno increíble. Y aunque hace tiempo que se ha vuelto abrumadoramente molesta por exceso, "Three Lions" es —mátame por decirlo, pero es verdad— algo así como una buena canción pop.

      Así que aquí estamos: Escocia puede mirar al futuro, con lo mejor del panorama musical dispuesto a ayudarles. Y todo lo que hizo falta fueron 30 años, una chilena, un espectacular disparo desde 25 yardas y un último remate por encima de la cabeza del portero desde la línea de medio campo. Escocia, ¿eh? ¿Quién como nosotros?

      Palabras: Robin Murray