Newham tiene la costumbre de aparecer a lo largo del patrimonio musical de Londres. Ha sido un crisol para múltiples generaciones, trabajando en todo tipo de géneros —desde los raps callejeros de Kano hasta la Nueva Ola del Heavy Metal Británico; desde la energía de las radios pirata del grime hasta los grupos de la comunidad bengalí.
El nuevo proyecto Sound Waves: Music In Newham tiene como objetivo dar visibilidad a esto. Reúnendo material Rendezvous Projects y financiado por el National Lottery Heritage Fund, es un estudio en profundidad del patrimonio musical de Newham, que descubre algunas historias ocultas en el proceso.
Se ha lanzado un sitio web interactivo, y se han instalado una serie de exposiciones en las bibliotecas de Plaistow, que muestran puntos de escucha, archivos fotográficos comunitarios y mapas interactivos, junto con charlas, paseos guiados y eventos comunitarios.
Relatos de creatividad, resiliencia y comunidad: Sound Waves va acompañado de un libro de edición limitada —presentado por la periodista, archivera y locutora Emma Warren— cuyos seis capítulos exploran 60 años de la historia musical de Newham, ilustrados con fotografías raras y testimonios de primera mano.
Clash habló con Emma Warren y Katherine Green —fotógrafa de documental social y codirectora de Rendezvous Projects CIC— sobre el proyecto.
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¿Qué fue lo primero que llamó vuestra atención sobre el nuevo proyecto Sound Waves: Music In Newham?
Emma Warren: Soy fan del trabajo de Rendezvous Projects desde que publicaron Sweet Harmony, que contaba la historia de las radios pirata de Waltham Forest. Es un folleto que contiene citas de personas que estuvieron allí, y viene envuelto en un mapa bellamente diseñado cubierto de códigos QR que te llevan directamente a grabaciones de los programas. Es una de las publicaciones que siempre llevo conmigo cuando doy talleres de Document Your Culture. Así que cuando me hablaron de este proyecto y me pidieron que escribiera la introducción, dije que sí de inmediato.
¿Cuál es tu asociación personal con la zona? ¿Algún recuerdo musical o de clubs que destaque?
Emma Warren: Tengo más conexión con la música que surgió de Newham que con el propio Newham. Temas como “We Are I.E” y “Six Million Ways to Die” están entre los más grandes y potentes que han llegado a la pista de baile. Soy fan de FOLD: es tan bueno ver un local de verdad, que forma parte de esa larga tradición de locales de calidad en Londres.
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Es vital documentar la historia cultural antes de que se desvanezca: ¿hubo desafíos particulares al escribir este libro o al contribuir al proyecto?
Emma Warren: Siempre existe el riesgo de que un trabajo así pueda ser extractivo. Los recuerdos de la gente y sus archivos en cajas de zapatos son preciosos y valiosos. Así que sí, es importante documentar la historia cultural, pero es aún más importante que el trabajo se haga de forma colaborativa. La historia de la documentación cultural no siempre es positiva y a menudo la llevan a cabo personas con más poder estructural que quienes protagonizan las historias. Eso siempre es un desafío y siempre hay que afrontarlo. Además de valorar el trabajo de Rendezvous Projects, tengo mucho respeto por Desiree Reynolds y su trabajo en Sheffield alrededor de Dig Where You Stand, que describen como un movimiento por la justicia archivística. Para mí, al escribir la introducción, quise intentar articular por qué importan estas historias y por qué importan ahora.
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El proyecto va más allá de los géneros comercialmente exitosos, ofreciendo una visión lo más amplia posible. Un hilo conductor es la importancia de la música tanto para generar como para reflejar experiencias comunitarias. ¿Por qué crees que eso es tan fuerte en Newham?
Katherine Green: La identidad de Newham siempre ha estado moldeada por el movimiento y la migración. Siendo un distrito obrero junto a los muelles, atrajo a gente de todo el Reino Unido y del mundo que vino a trabajar en las fábricas y en las industrias del este de Londres. Esas poblaciones cambiantes trajeron distintas tradiciones musicales, que constantemente se encontraron, mezclaron y evolucionaron.
La música se convirtió en una forma de expresar identidad y pertenencia, especialmente para los migrantes de segunda generación que navegaban entre culturas. También fue una manera para que las comunidades se unieran y encontraran fortaleza ante las dificultades sociales y económicas. Cuando no tienes mucho materialmente, haces que las cosas sucedan con creatividad y colaboración. Esa ha sido la historia de Newham: gente construyendo cultura desde cero, apoyándose mutuamente y transformando la lucha compartida en celebración compartida.
¿Alguna escena o sonido en particular te sorprendió?
Katherine Green: Newham está llena de sorpresas. Uno de mis descubrimientos favoritos fue la historia del Ruskin Arms, un pub de rock legendario conocido por bandas como Iron Maiden y Status Quo en los 70 y 80. A finales de los 80 fue tomado por Jack Singh Sandhu, que ofreció el espacio de arriba a un amigo para que pusiera en marcha una radio comunitaria para la comunidad del sur de Asia. Abajo, en un bar, tenías a la multitud del rock hardcore; en el bar de atrás, músicos punjabíes; y arriba, DJs retransmitiendo para la comunidad asiática de Newham: dos escenas completamente diferentes conviviendo felizmente bajo un mismo techo. Quiero decir, en cierto modo no fue una sorpresa, pero me sorprende que la historia no sea más conocida.
También me impresionó la profundidad de la conexión de Newham con el Asian Underground que floreció en los 90. Artistas como Asian Dub Foundation —cuyo vídeo “New Way, New Life” se filmó en Green Street— tenían raíces aquí. Su cantante en aquel entonces, Deedar Zaman, creció en Forest Gate. Formó parte de Joi Bangla antes de unirse al colectivo State of Bengal de su hermano Saifullah “Sam” Zaman. Bandas y figuras centrales del Asian Underground. También descubrimos que Talvin Singh lanzó su noche de club Anokha a partir de una fiesta en Clays Lane Estate, Stratford. Eso fue especialmente increíble, ya que fue uno de mis clubs favoritos en los 90.
Y, por último, el impacto y la importancia de los centros juveniles. Una y otra vez, la gente habló de lo vitales que fueron como espacios para tocar, actuar y descubrir música, a menudo con un impacto de por vida.
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Los testimonios personales del libro son vívidos y a menudo conmovedores. ¿Cómo fue el proceso de investigación y recolección?
Katherine Green: Rendezvous Projects trabaja a fondo dentro de las comunidades, y la historia oral está en el corazón de nuestro enfoque. Formamos a un equipo de voluntarios, muchos de ellos de Newham, para recopilar historias mediante entrevistas. Encontramos a la gente a través de redes sociales, marketing tradicional y el boca a boca. Somos muy proactivos a la hora de buscar personas con quienes hablar, para así sacar a la luz esas voces más ocultas.
Realmente intentamos obtener una verdadera muestra representativa: un equilibrio entre décadas, géneros, géneros (sexos) y comunidades; debo decir que ha sido un desafío enorme debido a la gran diversidad del borough y al periodo de tiempo que cubríamos. Nuestros voluntarios fueron formados por un tutor de la Oral History Society, por lo que el proceso se basó en la escucha cuidadosa y el respeto por la experiencia de cada persona.
Ahora hemos grabado más de setenta historias orales. Juntas crean un tapiz increíble: gente que dirigía centros juveniles, tocaba en bandas, pinchaba o simplemente salía a bailar. Una vez que empiezas a mapear esas historias, aparecen patrones, pero también te das cuenta de cuántas historias nunca habían sido documentadas antes.
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El Ruskin Arms tiene una historia tan rica que quizás merezca un libro propio. ¿Cómo abordasteis contar su historia de una forma tan distintiva?
Katherine Green: Fue una de las cosas más difíciles de equilibrar. Locales como el Ruskin o el Bridge House ya tienen bastante cobertura, mientras que otros —como el Rex o Kerala House— tienen poca documentación cohesionada. Así que nos centramos en lo que no se había contado antes.
En el Ruskin, eso fue la mezcla de la cultura del sur de Asia y el metal bajo un mismo techo, un gran ejemplo de las intersecciones culturales de Newham. Tratamos de unir esos hilos, contando historias conocidas desde nuevas perspectivas y dando espacio a las voces que normalmente no se escuchan.
La intersección de grupos antirracistas y antifascistas con músicos es verdaderamente inspiradora y se siente oportuna. ¿Qué hizo de Newham un lugar tan potente para la resistencia?
Katherine Green: En los años 70, Newham tuvo una de las afiliaciones más altas al National Front del país. El racismo y la violencia eran reales y visibles; mucha gente habla del reclutamiento del NF en las puertas de los colegios. Al mismo tiempo, el borough se estaba diversificando rápidamente a medida que nuevas comunidades llegaban para trabajar en las fábricas y en los muelles.
De esa tensión surgió la solidaridad. La gente local se organizó: en 1980 se fundó el Newham Monitoring Project para documentar ataques racistas y abusos policiales y para apoyar a las víctimas. Son una organización increíble que merece un proyecto propio.
Rock Against Racism eligió celebrar allí su concierto inaugural precisamente por la gran actividad del NF en la zona. Se arriesgaron mucho, pero fue un riesgo importante que demostró en voz alta y orgullosa que el racismo no era bienvenido.
Los músicos, artistas y activistas comunitarios a menudo se solapaban, usando la cultura como forma de resistencia.
Esa sensación de gente defendiendo a los demás se siente muy actual otra vez. Sound Waves intenta mostrar cómo la creatividad y la colaboración pueden convertir la adversidad en algo positivo y cómo la diversidad ha hecho que la cultura británica sea más rica en todos los sentidos.
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La radio juega un papel recurrente en la historia musical de Newham. ¿Tienes algún recuerdo de Déjà Vu? ¿Qué hizo de Newham un terreno tan fértil para las emisiones, pirata o de otro tipo?
Katherine Green: Siempre ha habido un espíritu pionero y de asumir riesgos en Newham. La gente estaba dispuesta a doblar un poco las reglas para que las cosas ocurrieran. Las torres y bloques de viviendas del borough lo hacían ideal para los transmisores de radio pirata, y la alta densidad de población significaba que las audiencias estaban a pie de puerta.
Esa combinación de creatividad, desafío y accesibilidad fomentó la innovación. Mis recuerdos son de Centreforce a finales de los 80 y de Deja Vu en los 90, ambos emitiendo desde el borough. Me abrió todo un mundo. Estaciones como esas conectaban a la gente y daban voz a la música underground mucho antes de Internet. Y Deja, en particular, tenía una energía cruda y un sentido de experimentación en sus enfrentamientos en directo. Al ver ahora esos vídeos desde la azotea de EQ, estás viendo la cultura crecer y desarrollarse en directo.
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Cerráis perfilando a FOLD, uno de los clubs más vitales de Londres actualmente. Esos espacios están continuamente amenazados. ¿Qué puede enseñarnos mirar al pasado de Newham sobre cómo gestionar el presente?
Katherine Green: Una de las lecciones más claras es hasta qué punto el riesgo creativo depende del apoyo. Cuando miras atrás, ves lo vital que fue la financiación del GLC, de los ayuntamientos locales y del Arts Council; puedes ver directamente el impacto positivo que eso tuvo y a qué condujo. Lugares como el Tom Allen Centre en Stratford, donde se desarrolló Goodness Gracious Me y donde Nitin Sawhney actuó por primera vez, existieron porque se ofreció a los artistas espacio y seguridad para experimentar.
La vivienda asequible y la vida cooperativa también marcaron una gran diferencia: Benjamin Zephaniah, por ejemplo, ayudó a crear asociaciones de vivienda para que muchos artistas y creativos pudieran vivir y trabajar en la zona. Sin ese tipo de apoyo, solo los privilegiados pueden permitirse crear.
Tenemos que redescubrir esa comprensión: que los artistas y los locales son esenciales para la vida comunitaria, no un lujo. Generan valor cultural y económico, pero más que eso, reúnen a la gente. Si hay un mensaje de Sound Waves, es que conexión, creatividad y comunidad son inseparables y todas necesitan ser cuidadas.
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