Con himnos pegadizos, impresionantes y capaces de llenar estadios, Stereophonics son una de las mejores bandas en directo del Reino Unido, y su actuación en la O2 Arena estuvo repleta de himnos que conquistaron al público, una intensidad rockera cruda y un excelente sentido del espectáculo.
Su destacada actuación, que abarcó su carrera, fue nada menos que magnífica y constituyó un torbellino sonoro a través de su repertorio que abarca tres décadas. La banda ofreció un set seguro y afinado que homenajeó su pasado sin dejar de sentirse fresco y vivo, entrelazando los clásicos favoritos del público con material más reciente con un efecto emocionante.
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Desde la intensidad sombría de 'Mr Writer' con su línea de bajo potente hasta una sorprendente versión acústica de 'Indian Summer', la banda fue imparable, ofreciendo actuaciones electrizantes a un público con entradas agotadas. Con la excelente colaboración del cantautor Finn Forster, que brindó una actuación impresionante, la banda abrió su emocionante set con 'Vegas Two Times' del álbum de 2001 'Just Enough Education to Perform'.
También fue una oportunidad para escuchar algunas canciones de su álbum más reciente 'Make ‘Em Laugh, Make ‘Em Cry, Make ‘Em Wait', que incluyeron 'Seems Like You Don’t Know Me', 'Colours Of October' y una versión elevadora de 'There’s Always Gonna Be Something' con sus riffs efervescentes.
'Local Boy in a Photograph' fue, como siempre, emotiva, y el clásico para cantar 'Have a Nice Day' resultó inevitablemente un éxito entre el público. Todos los miembros de la banda estuvieron en gran forma, pero especialmente Jamie Morrison, cuyo trabajo a la batería fue ejemplar durante todo el concierto y que destacó especialmente al final de 'Mr and Mrs Smith' y 'Mr Writer' —un verdadero titán de la batería, que combina sin esfuerzo técnica, finura y personalidad en la sección rítmica.
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Intercalando el set, Kelly Jones lanzó relatos agudos y autocríticos sobre los roces de la banda con la grandeza, recordando la vida en la carretera con The Rolling Stones, U2 y el difunto y gran David Bowie, pero también se mostró en ocasiones en un tono reflexivo en el que rememoró cómo él y Stuart Cable solían empujar su equipo por la calle en un carrito chirriante, que podía oírse en el club obrero local donde la gente jugaba al bingo, quienes escuchaban la distintiva rueda chirriante al pasar antes y después del ensayo.
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Kelly también comentó que "todos estamos pasando por cosas" y que "mientras estemos en esta sala, dejemos nuestros problemas en la puerta y divirtámonos" —¡y así fue! Aunque la mayor parte del set fue de alta intensidad, la banda bajó el ritmo con una onírica versión de 'Fly Like An Eagle', que transformó la arena en un paisaje onírico compartido, con cada fan perdido en el mismo hechizo hipnótico.
Una estruendosa y a todo gas versión de 'Bartender and the Thief' puso fin al vibrante set principal, con un rápido regreso al escenario para un deslumbrante bis que incluyó 'C’est La Vie', 'Traffic' y la brillante 'Dakota' con su riff innegable, que fue la forma perfecta de cerrar un set que puso los pelos de punta.
Como una de las bandas de rock más perdurables del Reino Unido, Stereophonics son una fuerza imparable y este fue un set potente de una banda en la cima de su forma que entregó pura energía rock 'n' roll de principio a fin.
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Texto: Emma Harrison
Fotografía: Robin Clewley
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