Alejarse de la pista de baile que latía a lo largo de su anterior disco, 'Giving The World Away' (2022), es una cosa, pero a lo largo del tercer álbum de Hatchie, 'Liquorice', no hay un foco singular similar lo bastante fuerte como para agarrarse entre los sonidos que deforma y entreteje —y, desafortunadamente, con demasiada frecuencia, hace que se esfumen—. El alt-pop espacial que conforma la mayor parte del primer tercio del disco puede casar sonoramente con la voz susurrante de la compositora australiana, pero la brisa ligera como una pluma de 'Only One Laughing' y 'Anemoia' deriva demasiado hacia un territorio casi inexistente, y hasta el gancho (relativo) de 'Carousel' se pierde entre su paisaje sonoro ochentero y onírico. También hay una contención similar que enmarca el álbum, ya que la posible densidad fuzz de 'Anchor' podría aspirar a las capas intrincadas del noise rock, pero no hace nada para impedir que sus repetitivos "eh eh" parezcan relleno; el posible grunge del tema final 'Stuck', por su parte, resulta frustrantemente opaco, como si todo hubiera sido bajado a cinco. ¿Malo? No, pero frustrante, sobre todo porque entre esos momentos hay otros que muestran un talento para la inmediatez, junto con una interpretación vocal placenteramente desenfadada que es puro y precioso pop-rock noventero. El jangueo melancólico de 'Wonder', con el casi gruñido de Hatchie, es un claro ganador, al igual que 'Lose It Again', que toma los elementos contenidos de otros cortes pero que, esta vez y crucialmente, los combina con un estribillo destacado en una canción que sigue siendo suave pero que encajaría perfectamente como tema para corear en un viaje por carretera en la banda sonora de una película. Es una bolsa mixta... ¿'Liquorice Allsorts', quizá?
La artista de rock alternativo de Indianápolis FRANK canaliza una ferocidad cruda y una energía maníaca en una tormenta catártica en "Steady Hands", su himno explosivo y de alto voltaje sobre confiar en tus instintos cuando el mundo se desmorona a tu alrededor.
Un marcado alejamiento de las texturas shoegaze de su trabajo anterior, empujando a la banda aún más hacia el territorio del dream-pop.
Un maravilloso ejemplo de un artista que presenta una bienvenida exploración sonora.
Indie-pop atmosférico que habla de verdades universales.
En una abarrotada noche de Halloween en San Diego, el grupo de indie rock en rápido ascenso Geese ofreció la actuación imponente y precisa de una banda en pleno ascenso.
Aquí demuestran estar mucho más en sintonía con su propuesta y su futuro que nunca.
Una mezcla... ¿Quizá un surtido de regaliz?