Libre de desgana o de cualquier soplo de autoimportancia, es como si ella organizara la fiesta en casa definitiva: una en la que desconocidos bailan mejilla con mejilla, la lista de canciones es ecléctica pero accesible, y todo el mundo está invitado («No discrimino: también me caen bien los heteros», bromea, tras dedicar ‘Fantasy’ a su devota base de fans LGBTQ+). Introduciendo —literalmente— la embriagadora escena de club de su siguiente acto están los dobles temas del álbum ‘Self Saboteur’ y ‘Lip Service’, para los cuales recorre el escenario sobre un enorme aro de luz como atrezzo con toda la frescura sin esfuerzo de la Madonna de mediados de los 2000. Porque, para que no lo olvidemos, JADE es una profesional del espectáculo pop en el sentido más puro: cada compás de la coreografía está impecablemente coordinado (incluso la presumiblemente desafiante sección con silla de ‘Glitch’), y ningún momento queda sin consideración (cuando desaparece momentáneamente para un rápido cambio de vestuario, una mezcla loca de Cascada, Bryan Adams y Guru Josh Project es más que suficiente para mantenernos entretenidos). Esto, quizá, sea su hazaña más impresionante; sea cual sea la versión de sí misma que elija encarnar, ya sea la provocadora sexualmente liberada (‘Midnight Cowboy’), la 'girl boss' de aire camp (la colaboración con Confidence Man, ‘gossip’), o la honesta chica de South Shields que lo ha conseguido (la balada en el balcón ‘Silent Disco’), lo hace de manera inequívoca. Y al hacerlo, consigue trasladar al directo con asombrosa convicción el ethos central de ‘THAT’S SHOWBIZ, BABY!’: que ella es simultáneamente un producto, una víctima y una orgullosa abanderada de la industria pop. Tiene todo el sentido, entonces, que elija introducir el gran final de esta noche, ‘Angel Of My Dreams’, con una secuencia nupcial completa con votos matrimoniales: un recordatorio astuto de que, para bien o para mal, se ha casado con su jodida familia para toda la vida. JADE no se avergüenza de sus orígenes, ni por asomo. Pero la actuación de esta noche solo demuestra que, además, es mucho más que eso.
El grupo irlandés Lankum ha compartido su inquietante versión del clásico "Ghost Town" de The Specials. La banda ha producido un trabajo increíble hasta la fecha, ganando
Golpea con fuerza en todos los frentes, equilibrando la energía garajera con cortes más oscuros e introspectivos.
En su fusión de convenciones temporales y de género, es un disco que suena como si de algún modo siempre hubiese existido.
Implacables en su búsqueda de complejidades texturales y sonoras.
Piensa en un concierto en directo de Queens of the Stone Age y probablemente imaginas volumen, riffs y rock a todo gas. Lo que probablemente no esperabas...
El clip, que muestra a PinkPantheress poseída por su colaborador, llega justo a tiempo para Halloween.
Con su primera gira en solitario como cabeza de cartel, la exintegrante de Little Mix comienza a desplegar su potencial como una auténtica estrella por derecho propio.